Con una fiesta popular y la instalación de un memorial dedicado a Manuela, las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres hicieron un reconocimiento ciudadano a la lucha de Manuela y su familia, para reivindicar el nombre de todas aquellas que fueron criminalizadas por sufrir emergencias obstétricas en El Salvador.
La celebración tuvo lugar en la plaza principal de Cacaopera, el pueblo en el que Manuela vivió. Allí se instaló un mosaico elaborado por la artista salvadoreña Claudia Flores, quien tomó como inspiración la figura femenina, la balanza que representa la justicia, el ave que hace alusión a la esperanza y las flores blancas que simbolizan un nuevo comienzo. En la base del memorial una placa recuerda el valor de María Edis —el verdadero nombre de Manuela— para que su pueblo y el mundo entero sepan la injusticia que vivió:
“Dedicado a María Edis (Manuela) y su familia. Por su valentía en la búsqueda de justicia. La ciudadanía reconoce su lucha y la acompaña. Manuela es justicia y esperanza”.
La Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador y el Centro de Derechos Reproductivos, organizaciones que lideraron la fiesta y participaron en el litigio del caso Manuela ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, resaltaron que este acto busca dignificar a la familia, pues sus padres y sus hijos tienen derecho a que se reconozca públicamente que María Edis (Manuela) es inocente y que el Estado violó sus derechos humanos.
El evento inició con un saludo del hijo mayor de Manuela, “Jesús”, quien dio la bienvenida y agradeció la presencia en el evento para celebrar que el nombre de su mamá estaba siendo limpiado después de que el Estado le fallara. Manuela era una mujer en situación de pobreza, no sabía leer ni escribir. Tenía dos hijos de 9 y 7 años, y era madre cabeza de familia, pues su esposo les había abandonado. En 2008 tuvo una emergencia obstétrica, en lugar de recibir atención médica del hospital al que acudió, fue denunciada y acusada de aborto. En el camino el delito fue cambiado por homicidio agravado, condenándola a 30 años de prisión. Manuela murió en abril de 2010, cumpliendo su condena en custodia del Estado y dejando huérfanos a sus dos hijos. La causa de su muerte fue el cáncer linfático que continuó su desarrollo hasta la etapa más letal porque el Estado salvadoreño no le brindó diagnóstico oportuno ni tratamiento apropiado.
“Con Manuela aprendimos que la crueldad del ensañamiento judicial que criminaliza a mujeres empobrecidas que sufren emergencias obstétricas parece no tener límites en El Salvador, pero sobre todo aprendimos que las luchas colectivas y solidarias pueden transformar esta realidad para abrir caminos de justicia y esperanza”, dijo Morena Herrera, Presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto e integrante de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local.
En la fiesta también participó el alcalde de Cacaopera, Loren Argueta, que envió un mensaje solidario a la familia de Manuela y se refirió a la importancia del fallo para que las mujeres reciban la atención en los servicio públicos que soliciten y que ninguna mujer viva lo que ella enfrentó.
Milagro Alvarado, de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local y parte del equipo de coordinación en el oriente del país, dijo que la lucha de Manuela inspira la lucha en los territorios. “Manuela nos muestra que la lucha de las organizaciones no es en vano, vamos a conmemorar a la memoria de Manuela como un símbolo que representa que es posible conseguir justicia para las mujeres y justicia para Manuela es justicia para todas nosotras”.
Para Edward Pérez, del Centro por los Derechos reproductivos, organización colitigante en este caso, Manuela se volvió en esperanza para cualquier persona que injustamente esté siendo perseguida por asuntos que tenga que ver con su salud sexual y salud reproductiva. Además, recalcó la inocencia de Manuela.
El memorial por Manuela se inauguró en la plaza central de Cacaopera, la placa revela el verdadero nombre de Manuela “María Edis”, esta decisión fue tomada por la familia, ya que consideran que en el camino de reparación, limpiar su nombre ha sido fundamental. “Para nosotros como familia significa mucho la instalación del memorial en la Plaza Central porque significa limpiar su nombre, la gente se va a dar cuenta que mi mamá estuvo detenida tantos años por un delito que no cometió”, expresó Jesús, hijo de Manuela.
El memorial estuvo a cargo de la artista, Claudia Flores, quien trabaja el mosaico, Carpintería, soldadura, electricista, talabartería, pintura y especialista en el tema de reutilización de desechos sólidos y orgánicos.
“Mi inspiración al diseño del mosaico fue la injusticia hacia la vida de las mujeres, escuchar el caso de Manuela me rompió el alma y causó dolor en mi corazón, saber que hasta la fecha nuestro país está atrasado sobre los derechos que las mujeres tenemos”.
Al momento de develar el memorial toda la familia de Manuela brindó palabras. Sus padres, Tomás y Anastasia, agradecieron el apoyo a su familia. Por su parte, Jesús y Tomás, hijos de Manuela expresaron su felicidad por presenciar este momento donde se está limpiando el nombre de su mamá, y agradecidos porque han tenido apoyo de muchas organizaciones que nunca les han dejado solos.
Una verdadera fiesta popular en la que hubo quema de pólvora, música feminista a cargo de Las Musas y música local a cargo del grupo Guataoxia.
Este homenaje tiene un profundo significado pues en El Salvador es usual que las familias que tienen a uno de sus integrantes en la cárcel sean objeto de discriminación y estigmas. La situación es aún más dramática cuando quienes van a la cárcel son mujeres que terminaron condenadas por homicidio agravado, luego de sufrir emergencias obstétricas. Sobre ellas y sus familias recae una carga más grande de discriminación y señalamiento, asociada a los arquetipos construidos alrededor de la maternidad. Eso explica por qué aumenta de manera dramática el estigma alrededor de las mujeres que no llevan a término su embarazo, incluso cuando se trata de una emergencia obstétrica.
Manuela era inocente y ahora una placa se lo recuerda al mundo. Sin embargo, aún esperamos que el Estado reconozca que los derechos de María Edis (Manuela) fueron vulnerados y pida disculpas públicas a su familia, como lo ordenó la Corte Interamericana de Derechos Humanos.