Es el caso de una adolescente de 15 años que fue abusada sexualmente, intimidada por denunciar a sus agresores y a quien todos los hospitales de su región, le negaron la posibilidad de obtener un aborto del embarazo que resultó de la violación. Como consecuencia, intentó suicidarse, sufrió un paro cardíaco y múltiples afectaciones a su salud y a su integridad. Con este caso se logró demostrar la importancia de que las instituciones de salud no utilicen la objeción de conciencia institucional como excusa para no prestar los servicios de salud reproductiva que requieren las niñas y mujeres para proteger sus derechos a la vida, a la salud y a la integridad.