El Salvador, 19 de agosto de 2021. A seis años de haber declarado el 19 de agosto como “Día Nacional de la Educación Integral de la Sexualidad”,nos preguntamos ¿cuánto hemos avanzado en la sociedad salvadoreña? ¿Qué ha significado la pandemia para la EIS? ¿Qué prioridad ha tenido la EIS en los planes de continuidad educativa en el marco del covid-19?, ¿Cómo han asumido las instituciones del Estado su responsabilidad en la implementación de la EIS en el sistema educativo? Las realidades de niñas y adolescentes que sufren embarazos no intencionales y forzados en entornos de abuso sexual, ponen en evidencia una respuesta insuficiente de la sociedad y el Estado ante estas interrogantes.
Hemos visto como El Salvador ha suscrito varios compromisos relacionados con la EIS, entre ellos la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación” que se aprobó en el marco de la Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener el VIH en Latinoamérica y el Caribe, realizada en la Ciudad de México en el 2008. Otro compromiso adoptado es el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, que fue firmado por 38 países de la región para dar seguimiento al Programa de Acción de la CIPD después de 2014, establece, entre sus medidas prioritarias: “Asegurar la efectiva implementación de programas de EIS, reconociendo la afectividad, desde la primera infancia, respetando la autonomía progresiva del niño y de la niña y las decisiones informadas de adolescentes y jóvenes sobre su sexualidad, con enfoque participativo, intercultural, de género y derechos humanos”. Por todo ello la LEPINA en su Art. 32, reconoce que “todas las niñas, niños y adolescentes, tienen el derecho a recibir información y educación en salud sexual y reproductiva y que el Órgano Ejecutivo, en el ramo de Educación, deberá incluirla como parte de sus programas, respetando el desarrollo evolutivo de las niñas, niños y adolescentes”.
Reconocemos avances en el diseño, reproducción y socialización de diversos materiales entre ellos la “Actualización curricular de la EIS, desde la educación inicial, educación básica y educación media”, y el “Curso Básico de educación integral de la sexualidad para docentes de educación inicial, parvularia, básica y media” y, recientemente la publicación de la “Propuesta de contenido para incorporar la EIS en la educación superior”. Pese a estos esfuerzos, a los apoyos que ha recibido por instancias internacionales, así como a la constante demanda que hemos hecho las organizaciones feministas, la respuesta de los gobiernos ha sido tímida, poco prioritaria e inconsecuente ante los compromisos asumidos a nivel internacional y las urgentes necesidades de la población en las localidades salvadoreñas.
La profundización de las crisis sociales y económicas provocadas por la pandemia del COVID-19 nos ha enseñado que la atención a la emergencia sanitaria no debe ignorar la necesidad de abordar problemas estructurales y las desigualdades que marcan la vida de la niñez y adolescencia en nuestro país. La pandemia ha sido una excusa más para que las instituciones posterguen la inclusión de la educación sexual en los planes de continuidad educativa, con graves consecuencias que limitan el goce y disfrute de una vida plena. Por eso afirmamos que la real puesta en marcha de la EIS con toda la comunidad educativa y en espacios asociativos y comunitarios puede contribuir a resolver algunos de estos problemas. La EIS no es solo textos, es acción pública y ciudadana, es un derecho a exigir, garantizar y cumplir.
Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de Occidente, Red de Ciudadanía Activa de Usulután, Asociación para la Autodeterminación de Mujeres Salvadoreñas (ASMUJERES), Asociación Médicos del Mundo, Colectivo Hombres por la Equidad.