San Salvador, 28 de septiembre de 2020. En el día por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe, defensoras de DDHH, colectivas y organizaciones feministas salvadoreñas que integran la Sombrilla Centroamericana una articulación regional, consideran necesario fortalecer el acceso a servicios esenciales de salud reproductiva para niñas, adolescentes y mujeres a nivel nacional. Es necesario considerar y reconocer el aborto como un tema de salud pública.
En El Salvador, el Hospital Nacional de la Mujer reportó en el primer semestre del 2020, 258 casos de embarazos en niñas y adolescentes con edades de 10 a 14 años y 6,581 adolescentes de 15 a 19 años, también informaron el fallecimiento de 11 mujeres adultas embarazadas, que son muertes que pudieron ser evitadas. El Observatorio de violencia de Ormusa reportó que cuatro mujeres al día solicitaron consulta médica por violencia sexual. Del total de 759 de las atenciones, el 94 % son mujeres y 8 de cada 10 personas atendidas fueron niñas y adolescentes menores de 18 años.
En este marco, consideramos que la penalización absoluta del aborto en El Salvador tiene un alto impacto negativo en la salud y la vida de las niñas, adolescentes y mujeres. En 2018, 32 mujeres embarazadas perdieron la vida, las principales razones de muerte materna fueron debido a trastornos hipertensivos del embarazo, hemorragias obstétricas severas y la sepsis. Estos datos muestran que el estado salvadoreño no ha decidido salvar la vida de las mujeres, por lo que nos encontramos ante un Estado feminicida.
Otras consecuencias de esta legislación y políticas públicas es que mujeres jóvenes que viven en situación de pobreza siguen enfrentando criminalización debido a emergencias obstétricas. Durante la pandemia han sido denunciadas y procesadas judicialmente. De allí que la violencia sexual, los embarazos impuestos, la persecusión y criminalización de las mujeres, adolescentes y niñas configuren un escenario donde el suicidio de adolescentes se ha convertido en la primera causa indirecta de muerte materna en adolescentes.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha hecho un llamado a los Estados parte para mantener los servicios de salud reproductiva existentes en los países a través, entre otras, de su Resolución 1/2020 “Pandemia y Derechos Humanos en las Américas” . En esta resolución se insta a los Estados a garantizar la disponibilidad y continuidad de los servicios de salud sexual y reproductiva durante la crisis de la pandemia. Ante estas situaciones demandamos de las instancias pertinentes del gobierno:
- Retomar mesa de diálogo con las organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos y feministas, para posicionar los obstáculos que el sistema de salud se enfrenta al existir una total prohibición del aborto y para sistematizar los impactos en la salud y vida de las niñas y mujeres debido a esta penalización.
- Reconocer los servicios de salud reproductiva como servicios esenciales y urgentes, que no pueden ser suspendidos o retrasados en el marco de situaciones excepcionales como las que enfrentamos actualmente debido al brote de COVID-19.
- Emitir directrices apropiadas y adaptaciones para mantener la continuidad de la atención y asegurar la existencia de personal, insumos y medicamentos necesarios para que los servicios de salud reproductiva puedan continuar operando dentro de las excepcionales circunstancias que enfrentan los sistemas de salud, en su calidad de servicios esenciales y urgentes, entre ellas:
- Adoptar estrategias de telesalud, para la atención y el seguimiento de servicios de salud reproductiva de baja complejidad ambulatoria, como la consejería para anticoncepción e interrupción segura del embarazo.
- Habilitar a todos los niveles de atención para la provisión de servicios de salud reproductiva ambulatorios, la provisión de anticonceptivos, testeos de ITS, incluyendo VIH. Asimismo, se debería garantizar que todo el personal de salud debidamente entrenado pueda brindar los servicios y no exclusivamente médicas/os y especialistas, tal como lo ha recomendado la OMS.
- Entrega subsecuente de medicación sin contacto con personal sanitario, por ejemplo, anticonceptivos. Este mecanismo, permite dar cumplimiento a las reglas de bioseguridad para evitar contacto interpersonal innecesario.
- Acortar tiempos de espera y eliminar otros requerimientos innecesarios para el acceso a servicios de salud reproductiva.
- Provisión de insumos suficientes para garantizar la menor cantidad de visitas a los centros de salud, por ejemplo, anticonceptivos para al menos tres meses o más, anticoncepción de emergencia preventiva.
- Simplificar el proceso de adquisición de medicamentos, habilitar recetas simples y recetas electrónicas para la compra de todo tipo de medicamentos relacionados con la salud reproductiva, en particular, la anticoncepción, incluyendo la de emergencia
- Garantizar la compra de insumos suficientes para asegurar la continuidad de la provisión de medicamentos e insumos para la salud sexual y reproductiva, mediante compras extraordinarias de ser necesario.
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